PUEDES CONFIAR EN MÍ


- Pero hay más ¿verdad? Sé que algo te atormenta. He aprendido a conocerte… Puedes confiar en mí, Samuel.



La miré como si la estuviese viendo por primera vez y una sensación cálida llenó mi pecho por completo.

- Sí, hay más.


Un torbellino de emociones invadió mi cuerpo, cerré los ojos y respiré hondo. Año nuevo, vida nueva. Supuse que era hora de abrir mi caja de Pandora personal y dejar sueltos todos los vientos que azotaban mi mente. Entonces, sentí como el cuerpo de Julieta se aproximaba al mío, apoyó su cabeza en mi hombro y entrelazó su mano con la mía. El olor de su pelo impregnó mis fosas nasales y, en ese momento, sentí que podía hablar de cualquier cosa, porque era invencible.

Este es otro fragmento, como PENSAR DEMASIADO NO ES SANO, de algo más grande que estoy preparando. Espero que os guste, ¡un saludo!


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