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Mostrando entradas de diciembre, 2016

NOCTÁMBULOS

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Que andan vagando durante la noche. Mientras la ciudad duerme la luna ilumina las calles de una manera con la que el sol ni siquiera puede soñar. Solo los noctámbulos pueden verlo y disfrutar del espectáculo.  Luca caminaba por las solitarias callejuelas de la ciudad mientras el silencio se apoderaba de todo. Nadie se movía mejor en la oscuridad que él, ni con mayor sigilo. Hacía ya dos años que vivía en la calle junto con muchos otros penitentes, cuyo único delito había sido intentar integrarse en la sociedad. Sin embargo, Luca había sido el único que había encontrado el lado positivo a su situación. Como buen escritor, la curiosidad le podía. Vagaba cada noche de plaza en plaza, de calle en calle, buscando soñadores ansiosos de contar sus fantasías. Luca era un buscador de historias con un don especial para plasmarlas. - ¡Luca! Ya hacía tiempo que no venías por aquí, camarada - le dijo don Artemio cuando lo vio aparecer en su poco transitada calle. "Se negó a a

OASIS

Tregua, descanso, refugio en las penalidades o contratiempos de la vida. Con diecisiete años y toda la vida por delante Daniela decidió que ya era suficiente. A veces, la edad no es un determinante cuando hablamos de cuánto hemos vivido. La calidad premia sobre la cantidad y Dani era una experta en cuanto a mala calidad se refería. Si la vida tuviese una hoja de reclamaciones todas las páginas estarían cubiertas con sus quejas. No, ella no estaba dispuesta a sufrir esa tortura por más tiempo. Daniela se levantaba cada mañana con alguna parte del cuerpo morada y la sensación de que había tenido que ser muy mala en otra vida para merecer tan interminable castigo. Su padre, un hombre robusto de cuarenta y cinco años, parado y alcohólico, le recordaba cada día, independientemente de la hora, lo mala hija que era y la desgracia que suponía que hubiera nacido mujer. Su madre, desaparecida en combate años atrás, había dejado de protegerla cuando cumplió los once años; una paliza me

ACENDRADO

Puro, sin mancha ni defecto. Tomás tomó la mano de su madre entre las suyas, era un ritual para él. Quería protegerla de lo que los señores de blanco le hacían, irse juntos a casa y jugar al ahorcado o, simplemente, que le cantase una nana. No pedía mucho, solo quería que su mamá jugase y le hiciese cosquillas como tiempo atrás. Siempre le había parecido que las manos de su madre eran enormes, como las de los gigantes de Los Viajes de Gulliver , pero elegantes como las de las hadas de los cuentos de princesas y príncipes. -   Mami, ¿puedes venir ya a casa? Era todo lo que quería saber, pero siempre volvía solo con la tía Mabel. Su madre llevaba ya un par de meses en ese edificio raro y feo, lleno de personas vestidas con trajes extraños. No le gustaba ese lugar, ni tampoco la gente que en él residía… le hacían daño a su mamá y cada vez que iba a visitarla la veía más demacrada y triste. Como cada día, Tomás tomó la mano de su madre entre las suyas e hizo la pregun

NOSTALGIA

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Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida. Yo no tengo miedo a morir. Cuando haya muerto ya no sentiré nada, bueno o malo, todo habrá desaparecido. En cambio, si te pierdo a ti… Si te pierdo a ti, mi querida Laura… No puedo tan siquiera imaginarlo sin que el corazón se me encoja y el vello se me erice. Tú eres mi patria, mi hogar, mi amor y mi vida.  No es mi muerte a la que temo, es a la tuya. Temo a la nostalgia que sentiré una vez mi patria parta de mí y no al revés; ya no tendré refugio al que volver cada noche, ni sonrisas que calienten mi alma. La luz que ilumina cada estancia desaparecerá… Ya no tendré esa dulce nana que calma mis pesadillas con brazos mecedores. La calma que invade ahora mi vida será sustituida por el caos y la destrucción. Los recuerdos comenzarán a difuminarse de la misma manera en la que tus ojos azules se confunden con el cielo o con el mar. No, Laura, no temo al día de mi muerte, porque si tú te vas primero habré muerto

FINITO

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Que tiene fin, término, límite. Joan salía cada mañana de su casa con su mochila gris, su gorro de lana y el flequillo tapándole la cara. Veía la vida fluir a su alrededor mientras él se mantenía en un eterno bucle con banda sonora de Evanescence . Era el "rarito" de clase, el saco de boxeo con el que el resto descargaba sus frustraciones y, como buen ser inerte, ni siquiera se quejaba. La angustia que solía bañar su alma hacía meses que lo había abandonado, junto con las pocas personas que lo querían. Su amigo Simón se había suicidado dejándolo solo en un mar de monstruos con puños de acero, sus padres se había divorciado y estaban demasiado ocupados en un mundo paralelo gritándose por los errores que el otro había cometido... No, a Joan no le quedaba nadie.  Como todos los días salió por la puerta principal del instituto a sabiendas de que iba a recibir su dosis diaria de compañerismo. Hugo, el matón de su clase,  lo esperaba doblando la esquina y Joan se dispuso a

PRESENTACIÓN

ENCANTADA DE CONOCEROS. Disculpad las confianzas, pero sería raro que leyendo los intrínsecos recovecos de mi mente nos tratásemos con tantas formalidades. Tal vez deba comenzar con una simple presentación o, tal vez, mis escritos hablen por mí. En realidad, no hay mucho que decir fuera de que mi nombre es Sandra y de que me he cansado de seguir la hoja de ruta mudamente establecida. Ahora sé lo que quiero, lo que me hace feliz y voy a por ello, por eso estoy aquí. Os animo a todos, tengáis la edad que tengáis, a que hagáis lo mismo. ¿Queréis ser médicos? ¿Maestros? ¿Cantantes? ¿Científicos? ¿Artistas? ¿Queréis viajar? ¿Mudaros? ¿Tener o no tener hijos? ¿Teñiros el pelo de rosa? Hacedlo. Nadie tiene la divina potestad para juzgar como vivís vuestras vidas, son vuestras , exprimidlas al máximo. ¿Qué quiero yo? Escribir, hablarle al mundo, plasmar mis ideas, mis historias, mis pensamientos… Haceros disfrutar, reflexionar y (¡ojalá!) sonreír. Este blog es una forma de most