MONSTRUO


Ser fantástico que causa espanto.

Podía sentir como la sangre brotaba de su cuello. La confusión embotaba su cerebro y no conseguía situarse, no reconocía el lugar y mucho menos quien era la mujer que estaba enfrente. Lo que sí reconoció, fue la sustancia viscosa que recubría parte del rostro, la ropa y la mano derecha de la desconocida. Sangre. Sangre fresca empapaba a la mujer de arriba abajo. Bajó la vista, más por el cansancio que la aturdía que por otra cosa y lo que vio fue algo que hubiese pagado por olvidar. A sus pies decenas de cuerpos las rodeaban dibujando una imagen dantesca. Destripados, miembros amputados, ojos fuera de sus órbitas, caras desfiguradas, uñas salidas de su sitio natural, probablemente por haber intentado luchar... y sangre, sangre cubriéndolo todo y a todos. Alzó la vista y miró a la extraña mujer que la observaba. En su rostro había una enigmática sonrisa, cerró los ojos y sacó una asquerosa lengua partida en dos para, a continuación, lamerse los restos de sangre que podía alcanzar. 

Catherina supo en ese mismo momento que iba a morir. Quiso correr, huir, salvarse, pero algo le impedía moverse. En un suspiro, la mujer recordó que su presa la esperaba y se abalanzó sobre ella. Los gritos de la muchacha se escucharon en un kilómetro a la redonda, pero los vecinos ya estaban acostumbrados a que su pequeño monstruo tuviese sus banquetes.



Comentarios

  1. ¡Muy buen microrelato! He disfrutado mucho leyéndolo, un abrazo:)

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    1. Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado 😊
      Un saludo.

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