PROPÓSITOS



Objetivos que se pretende conseguir.


Matías se levantó la mañana de año nuevo con un propósito claro: sonreír. Con treinta y dos años y una vida por delante se había convertido en una persona triste y huraña. Hacía trece años que le habían diagnosticado una enfermedad poco estudiada y mal considerada llamada Fibromialgia. Desde aquel entonces había sido tratado de mentiroso, loco y vago y, por desgracia, hubo días en que se lo había creído. Las mañanas se le antojaban oscuros agujeros llenos de dolor y entumecimiento. Su memoria le jugaba malas pasadas y la concentración hacía tiempo que lo visitaba los días pares, o impares, dependiendo del mes. La fatiga lo atrapaba como si fuese un pez en una red, incapaz de huir. El dolor, a cualquier hora del día o de la noche, era delirante, tanto que a veces se preguntaba cómo podía ser posible semejante tortura. Las noches de insomnio eran una maldición llena de malos pensamientos... 

Ya estaba harto de sentirse mal, de verse como algo que en realidad no era, de dejarse influenciar por las palabras de ignorantes entendidos en nada…

"Tenía razón, la mejor 
defensa era la sonrisa".

- Sonríe, hermanito. Lo que vale es lo que tú sientes - había dicho Marga la noche de fin de año -. Sabes que no eres nada de lo que te llaman, lo que te pasa tiene nombre y pronto tendrán que tragarse sus palabras. Tú puedes con todo, Matías, has aguantado en el infierno trece años y ese infierno te ha forjado una armadura para enfrentarte a la superficie, al diablo y a ti mismo… al fin y al cabo tu peor enemigo es tu mente.

Las palabras de su hermana le habían hecho reflexionar; tendría que lidiar el resto de su vida con una enfermedad crónica, pero no por eso tenía que ser infeliz, habría días mejores y días peores, pero con una sonrisa todo es más ameno. La mente es la mayor enemiga, pero también puede ser la mayor aliada. Tenía razón, la mejor defensa era la sonrisa.







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