Quiéreme mejor.

Dijiste que me querías y, sin embargo, decidiste romperme en pedacitos. Ahora soy un puzzle al que le faltan piezas. Te quedaste con las fundamentales, aquellas que le dan forma  al dibujo, aquellas sin las que no tiene sentido. Te quise, sin querer, más de lo que yo hubiese querido quererte. Tú, por tu parte, quisiste a la imagen de mí que quisiste creer que era. No te preocupes, he aprendido a encajar las piezas aunque queden surcos amorfos en el centro de mi ser y, sorprendentemente, funcionan a modo de armadura para un corazón que decidió dejar de querer a quien no lo merece. Tal vez no estoy tan bien como lo estuve antes de ti, no importa. Definitivamente mañana estaré mejor, he decidido que quiero quererme como nunca me quisiste.



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