Latidos en silencio.
El espejo me saluda cada mañana con una sonrisa que no
reconozco. Vacía, cansada, sin vida. Yo le digo hola y asumo que ese es mi
nuevo yo. Brillante por fuera, desolada por dentro. Dos personas en una, separadas por una
gruesa capa de acero.
Camino entre la gente sin verla realmente, la esquivo,
huyo de su encuentro. Me pregunto si siempre he sido así o esto solo es el
resultado de tu recuerdo. Me pregunto si algún día te perdonaré el haberme
destruido por dentro. A veces creo que hasta me he olvidado de como respirar,
luego recuerdo de que es un movimiento automático, mecánico y me alegro por
ello. A pesar de todo, no me hubiese gustado dejar de hacerlo.
Tal vez hoy el silencio es la banda sonora que ayer
fue el latido de tu corazón, tal vez, solo tal vez, mañana el sonido de
una risa sincera sea la melodía que amenice mis días.
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